El sector del plástico es actualmente uno de los más grandes a escala mundial. A pesar del impacto global sufrido por la Covid-19, en Europa el mercado alcanzó un valor estimado de facturación de 15,8 billones de euros en 2020.
El Green Deal o Pacto Verde es un marco que incluye diferentes planes como la ‘Ley Europea del Clima’, o la primera Estrategia europea de plásticos. Abarca todos los sectores de la industria, y recopila una serie de acciones para impulsar el paso a una economía limpia y circular, reduciendo la contaminación y revirtiendo la pérdida de biodiversidad.
Bajo la Directiva 2019/904 relativa a la reducción del impacto de determinados productos plásticos del sector del packaging en el medio ambiente, Europa ha puesto el foco en los plásticos de un solo uso. Es el caso de los recipientes de poliestireno expandido, o polipropileno, que se puede encontrar en bandejas de pescados y carnes, o en menaje de cocina desechable (cubiertos, platos, etc…).Esta normativa hace efectivo el cambio del paradigma del plástico, incorporando desde la innovación nuevos materiales y nuevas tecnologías de reciclaje.
Soluciones circulares: El camino de los plásticos biobasados y biodegradables
Una de las alternativas más explotadas hasta ahora han sido los plásticos biobasados, que presenta un origen sostenible sin afectar a los procesos de transformación o reciclado posteriores. Es un mercado muy diversificado, que ha ido creciendo progresivamente y se espera que alcance el 2% de la producción global del plástico en 2023. Sin embargo, como se ha mencionado, Europa ha impuesto restricciones vinculadas tanto a la producción como a la comercialización de estos materiales según su aplicación y naturaleza. Es por ello por lo que se están invirtiendo esfuerzos adicionales en I+D para fomentar el uso de carbón de origen renovable y minimizar la cantidad de residuos en vertederos y océanos. Todo ello sin renunciar a las propiedades efectivas de los plásticos conocidos, como su resistencia mecánica, transparencia, o impermeabilidad al gas o el agua.
Sin embargo, los plásticos biodegradables no son aplicables en todos los sectores. La industria precisa de materiales de altas propiedades (durabilidad, resistencia mecánica o térmica) que no son compatibles con una descomposición progresiva. Es por ello que son otras aplicaciones, como el packaging o la industria agrícola las que dominan el mercado en este subsector, cubriendo un 59% y un 13% de la capacidad del mercado respectivamente.
Iniciativas de I+D en packaging y agricultura para ajustarse al Pacto Verde
Siguiendo las directrices del Pacto Verde, Tecnopackaging junto con su centro tecnológico matriz, AITIIP, centran su línea de trabajo en el desarrollo de nuevos materiales y productos poliméricos innovadores y sus procesos de transformación. Sus actividades se han centrado en las recomendaciones dictadas por la Comisión Europea (sobre aplicaciones de productos agrícolas y de packaging sostenibles. Por ejemplo, bolsas para frutas y verduras, o para residuos orgánicos, film de mantillo para invernaderos y cultivos, o semilleros.
El enfoque de Tecnopackaging en la utilización de materias primas de base biológica, y la labor de investigación que está realizando en estrategias de potenciación de biodegradabilidad ha permitido su inmersión en varias propuestas colaborativas financiadas por la Comisión Europea.
Ejemplo de ello son los proyectos FISH4FISH (EMFF-BlueEconomy-2018- 863697) y UNLOCK (H2020-BBI-JTI-2020- 101023306), en los que Tecnopackaging colabora, focalizados en la revalorización de residuos de biomasa marina y subproductos de la industria avícola, para extraer sustancias con propiedades antimicrobianas, o nutritivas para el suelo. FISH4FISH trabaja con derivados quitinolíticos provenientes de residuos pesqueros y UNLOCK con la keratina originaria de las plumas de ave. Estos extractos servirán para crear nuevos materiales biobasados y biodegradables, que serán usados respectivamente en la industria del packaging y agrícola (Ilustración 1).
Como ejemplo de recursos extraídos de cultivos vegetales destaca el proyecto CRESCERE financiado por el programa Proyectos Estratégicos CIEN (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial E.P.E.), y concebido bajo La Estrategia sobre Biodiversidad y la Estrategia “Farm to fork”, elementos centrales del Pacto Verde Europeo. Aborda el diseño de una gama de productos biobasados, elaborados a partir de extracto de leguminosas, como bandejas, envases para bebidas o tintas sostenibles (Ilustración 2), sumado a la implementación de estrategias de fin de vida, como la despolimerización enzimática.
Siguiendo esta última línea de investigación, el proyecto RevoluZion (PLEC2021-00818) en el que participa el Centro Tecnológico AITIIP, centra su investigación en la reconstrucción de estructuras genéticas enzimáticas ancestrales para favorecer la degradación bajo demanda de productos plásticos en diferentes entornos controlados (compostaje industrial y doméstico más rápido) y no controlados (suelo, agua dulce, marino). Es decir, enzimas que se incluyen directamente en el plástico y son capaces de digerirlo.
No hay duda de que la sostenibilidad rige ya la actividad industrial, y que urge adoptar nuevas líneas de I+D como eje estratégico. Tecnopackaging y su matriz van un paso por delante para revolucionar, desde la innovación, el mercado del presente y del futuro.