En el momento en que el COVID-19 afecta a las economías mundiales, el crudo estadounidense, referencia principal para México, cotiza en números negativos.
Este lunes 20 de abril, el petróleo estadounidense enfrenta el peor día de su historia, pues por primera vez opera en precio negativo; la venta del crudo está por debajo de su costo de producción, lo que implica para las empresas petroleras no poder almacenar más su petróleo debido a la sobre oferta, orillando a pagarles a otras compañías para su almacenaje.
El mundo antes del COVID-19 consumía 100 millones de barriles diarios, y tras la pandemia la demanda cayó un 20%. El aislamiento masivo, cierre de fronteras y cuarentena en la mayoría de los países, se traducen a precios duramente afectados. No hay automóviles en las calles, no hay viajes aéreos, no hay transportes de materias primas y tal como lo predijo la Agencia Internacional de la Energía (AIE), este año será el peor en la historia para la materia prima.
A pesar del recorte de suministro anunciado por la OPEP en días pasados, este no es suficiente. “Si el consumo de energía ha bajado un 30% y la OPEP reduce el suministro en un 10%, todavía hay una gran brecha”, declara Elwin de Groot, jefe de estrategia macro de Rabobank.
En el oeste de Texas, el barril perdió todo su valor en tan solo un día; Dow Jones NYK registra un descenso superior al 2% y tras cerrar en 14.35 el viernes pasado, la mezcla mexicana cotiza en cero dólares este lunes. Se espera un anuncio por parte de PEMEX hoy por la tarde.
«Las refinerías rechazan barriles a un ritmo histórico y con los niveles de almacenamiento de EU llegando a su límite, las fuerzas del mercado infligirán más dolor hasta que lleguemos al fondo o despeje COVID-19, lo que ocurra primero, pero parece ser lo primero«, asegura Michael Tran, director gerente de estrategia energética global de RBC Capital Markets.