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Transmutación de materiales

1 agosto, 2019

El futuro que llegó hace 40 años

La resolución de problemas es el propósito más grande de la tecnología. No nada más hay que transformar el entorno actual, sino las bases del futuro; eso hace de la ciencia una herramienta imprescindible para el ser humano.

El proceso industrial que comprende la manufactura aditiva es un ejemplo palpable de cómo los avances tecnológicos fortalecen el desarrollo de una nación. Aplicaciones en los sectores automotriz, de envase y embalaje, alimentación, higiene y salud…, son prueba de sus alcances.

De acuerdo con Juana Cynthia Rojas, presidenta del Sector Industrial de Tecnología para la Información y Conocimiento en Canacintra (Cámara Nacional de la Industria de la Transformación), la impresión 3D va más allá de la producción instantánea de curiosidades.

El futuro está aquí

Durante la conversación: “Los Efectos de la Manufactura Aditiva en Latinoamérica”, Felipe Rosales, director general para Latinoamérica de MakerBot, aseguró que a la fecha, en LATAM o en cualquier otra parte del mundo, no existe una sola industria en donde la impresión 3D no tenga oportunidad de aplicación.

“Los mexicanos somos innovadores. Sabemos cómo resolver un problema. Si no funciona lo solucionamos con Masking tape, Kola Loka…, o lo ajustamos con un cincho. Method de MakerBot es una impresora que nos acerca a las industrias por su capacidad de manufactura y bajo costo. Nosotros democratizamos el acceso a esta tecnología”.

Atención a emergencias

Como enfatiza Carlos Monroy, CEO de Granta, primera empresa mexicana de ingeniería, innovación y diseño que desarrolla implantes de cráneo a la medida, la manufactura aditiva hizo su aparición en 1981. Esta innovación, en otras palabras, está próxima a cumplir 40 años.

“Si se piensa que la aplicación de tecnología de prototipos rápidos es el futuro, llevamos entonces 40 años de retraso. El tema central aquí es identificar ¿qué puede hacer por mí?, ¿cómo la puedo utilizar para mi industria?”

Bajo este contexto, explicó que el rostro, la cara o el cráneo de una persona, además de cumplir con sus funciones biológicas, poseen un alto valor estético. Un ejemplo claro es el caso de Adriana:

“Ella trabajó como gerente de un hotel importante en la Ciudad de México. En términos generales era una mujer sana, hasta que presentó un aneurisma y perdió la mitad del cráneo. Adriana estuvo dos veces desahuciada. Sin embargo, se recuperó gracias a la manufactura aditiva”.

Un material hidrofóbico

La baja autoestima y las secuelas que dejan los implantes de acrílico o la malla de titanio, se pueden solucionar con manufactura aditiva y plástico Peek (Polieteretercetona), un polímero estable a la temperatura y al tiempo, que se utiliza también para implantes en la columna.

El Sector Salud no cubre operaciones de implante de cráneo impreso en 3D. El hecho se cataloga como cuestión estética, y de recurrir a la manufactura aditiva los pacientes tienen que absorber los gastos. Pero tanto en México, como en Estados Unidos, las aseguradoras privadas atienden estos riesgos.

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